En la imagen, parte del equipo Freemo Projects de Masteryourself en su visita a la ONG Sonrisas de Mumbai (India).
Por Ángel Alberto Erimo (equipo Freemo Projects -proyecto Juegacetamol).
Algo tiene Mumbai. Ciudad de religiones de convivencia pacífica.
Serán los edificios de aspecto destartalado que decoran la ciudad, oscurecidos y venidos a menos con el paso del años, o son las grandes torres en construcción que emergen aleatoriamente de lo alto de cualquiera de sus horizontes y anuncian prosperidad económica, en contraste con lo que grita la gente a pie de calle. Quizá sea el intenso olor a especias que penetró nuestras fosas nasales y nos siguió de camino al coworking Mumbai Unlmtd. Un aroma especial e inconfundible que logró confundir el hedor que desprenden alguna de sus zonas. O el calor humano de sus calles y las décimas de segundo de un fugaz cruce de miradas. Quizá fuera el inesperado paseo por el barrio cristiano escoltados por la ruidosa maraña de vehículos centenarios después de un té fantástico en Taj Mahal Tea House. O puede que recorrer la ciudad viajando en tren de asientos de hierro, sudor y puertas abiertas, entregados a la aventura y tentando al peligro mientras cruzamos kilómetros de zonas desfavorecidas a pié de vía, fuera lo que puso el sello de viaje inolvidable.
El calzado cerrado, la manga larga y pañuelo las mujeres. No taparse ni hacer gestos extraños si el hedor resulta irrespirable… Con semejantes instrucciones uno tiene la sensación de haberse equivocado y estar a punto de realizar una visita de lo más incómoda. Ojos bien abiertos, mente más presente y alerta, esperando que algo suceda por estar a punto de entrar en una mini-ciudad sin ley ni documentos. Demasiada sugestión para lo que terminó siendo otra cosa.
Algo ocurrió en Dharavi, cuando caminamos entre sus estrechas calles tratando de avanzar entre el caos organizado de la mano de Reality Tours, revelando un mundo fascinante oculto entre chabolas y mini-hogares, de conexiones entre mini-empresas. Comiendo con su gente, su comida y su modales en un entorno diferente, muy diferente a lo que estamos acostumbrados, pero funcionando en apariencia mejor que algunas democracias. La clase media de India. Un laberinto de niños descalzos y sonrientes, juguetones y dispuestos como cualquier niño a ser felices pase lo que pase. A este propósito contribuye la ONG Sonrisas de Mumbai, trabajando para hacer posible el progreso de los más expuestos y haciendo posible un futuro que mejore los errores en Mumbai. Hay un Dharavi en cada rincón de Mumbai y un 63 Moons a la vuelta de cada esquina.
En la imagen, el equipo junto al vehículo que utilizaron en su viaje y reunión con el departamento de marketing de Lehry.
Una ciudad para visitar entretenido sin las manos al volante, por seguridad, y porque sería una pena perderse un espectáculo donde no existen las distancias y el mensaje en moto es claro y fácil de recordar: «Súbanse a mi moto todos los que puedan». No importa edad, sexo, raza o religión. Un lugar donde utilizar el claxon es todo un arte, una ciencia, apostaría incluso que es una asignatura más en la autoescuela. O donde su mensaje en coche es igual de sencillo: «Lo que no pita no existe”. Puede resultar divertida la experiencia de encontrarse atascado y a más de treinta grados en un taxi o Rickshaw minúsculo e inmóvil en el centro de Mumbai. Quizá pudiera encontrar un mensaje para peatones relajados en semáforos y pasos de cebra que dijera: «Tú sabrás lo que haces”.
En una ciudad así cada día fue una aventura.
Mucho desprende esta gran ciudad llena de contrastes y Rickshaws, donde la calle sí pertenece a su gente. Un alivio al bolsillo del occidental de a pie, que llega con el cartel pegado a la espalda de “persona con recursos”. Una urbe en plena expansión financiera, que crece y progresa a toda velocidad con el sesenta por ciento de su población sumida en la pobreza como dato. Grandes contrastes que se repiten durante nuestro learning journey de Masteryourself, pero que no impiden apreciar su belleza ni valorar sus momentos. La mano abierta y espontánea de un niño de aspecto intocable y en brazos de su madre, me ofreció un saludo que terminará por ser inmortal.
En la imagen superior, reunión en la empresa de juegos Ptotem con Juegacetamol -imagen de la derecha-.
Algo ocurre en Mumbai, ciudad de la empresa de juegos Ptotem, que recibió y dispensó nuestro Juegacetamol, un trato sumamente exquisito o a Lehry Instrumentation & Valves Private Limited y a su departamento de marketing, por compartir con nosotros un taller de juegos del que sentirnos orgullosos. Una ciudad amable que respondió con generosidad y en masa a nuestro reto “8888”, superando todas nuestras expectativas. Pensar en ello e imaginar devuelve sensaciones que quedarán para el recuerdo.
Pero hay que estar allí para vivir en persona lo que sucede. Obligado viaje a otra época, a otro mundo, a una cultura milenaria. Un forma diferente de pensar y desenvolverse. Es tomar conciencia y reducir velocidad mientras te acomodas a su gente. Un viaje que no deja indiferencias y una semana que basta para sentirla, odiarla o echarla falta.
Ángel Alberto Erimo forma parte de la 3ª generación del programa de liderazgo, emprendimiento e innovación Masteryourself de Teamlabs. Su equipo es Freemo Projects y uno de los proyectos que han desarrollado es Juegacetamol, un producto diseñado para desbloquear el impulso del juego en adultos. En este post nos cuenta su experiencia durante el viaje de aprendizaje en marzo de 2016 a India, uno de los 4 países donde viajan los equipos de Masteryourself en sus viajes de aprendizaje.
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