Por Elena Gómez.
Alquien dijo que «la vida es un viaje sin fin a través de un «mundo» que se transforma con tanta rapidez que cada vez parece diferente». En ese sentido Teamlabs, es «mundo» en sí mismo. Y de alguna manera, nos recuerda a esa interpretación que hace León Ferrari del mundo artístico de Georges Perec en su «especies de espacios»: un complejo mundo de elementos que alcanzan su sentido cuando se tiene una visión global de los mismos.
[Acerca de George Perec, por León Ferrari] [Reflexión propia]
Y es que en la sede de TeamLabs en la calle Duque de Alba de Madrid, «el Espacio», en mayúsculas, es así: necesitas recorrerlo en su totalidad para percibir lo que significa en su conjunto. Pues en cada esquina, cada rincón, cada habitación, pasa algo especial y diferente al siguiente y que no tendría sentido sin su anterior.
Los situacionistas (artistas e intelectuales pertenecientes al movimiento «Internacional Situacionista» de los años 50) trabajaban la “psicogeografía” para entender los efectos y las formas del ambiente urbano en las emociones y comportamiento de las personas, en forma de lo que ellos llamaban «derivas», o caminatas sin objetivo específico, siguiendo la llamada del momento. En TeamLabs, el «Espacio» se construye a sí mismo a través de «derivas», de deambular por sus pasillos, a través de esquinas y rincones que nos hablan de lo «viejo» y lo «nuevo», del devenir de la historia, de lo que existe, de lo que está por existir, y de la marca espacial aterrizada este verano de la mano de Edgardo Zunini. Y donde los usuarios (ya sean leinners, masteryourselves, o quien quiera que sea) son parte activa del mismo.
[Teoría de la deriva, Guy Debord ] [«Derive» Minneapolis College of Art and Design, Adam García]
El “homo ludens” o el hombre que juega, señala la importancia del juego en el desarrollo sociocultural de los humanos. Según Johan Huizinga, el acto de jugar es consustancial a la cultura humana. El tangram (juego chino formado por siete piezas poligonales con las que se forman figuras sin superponerlas) cobra sentido en este contexto, como juego unido a una función, la de la construcción de un espacio.
[Shadows house for Gaspard Winckler, Diego Iglesias Gómez]
Con estas premisas asumimos el desafío hace unos meses, junto a Edgardo Zunini y su equipo creativo, de trabajar conjuntamente en el Espacio de Duque de Alba. Ellos, creando marca espacial, es decir, generando ingredientes que mostrasen el ADN espacial de TeamLabs y, nosotras, adaptando espacios en desuso para que se convirtiesen en el tablero de juego de dicha marca.
Nuestro reto, entre otros, era definir una cocina-comedor que incluyese las tres premisas de marca espacial: que fuera diferente (TeamLabs es diferente), que fuera imperfecto (la cultura del prototipado) y que fuese hogar (TeamLabs como comunidad de equipos de aprendizaje). Una cocina que fuese un hogar y un comedor que sólo lo fuese a determinadas horas. Y que a su vez, fuera «flexible»; siendo esa flexibilidad, fuente de inspiración para otros usos y funciones: comedor como sala polivalente: sala de reuniones, proyecciones, lectura, sala de contemplación, relax, juego, soñar…Por eso, decidimos ubicar la «cocina» fuera del espacio asignado, para poder diferenciar usos y así permitir dicha multifuncionalidad espacial.
[Entrada a la sala Amart]
¿Era diferente a otros comedores? SI ¿Era imperfecto? SI ¿Era hogar? SI y estamos en ello; ¿Sus nombres? La “Mère” (cocina) y “Amart” (comedor). La Mère y Amart pretenden ser la última sorpresa al final del recorrido del espacio (es el punto final de uno de los pasillos. Reflejan al homo ludens a través de la flexibilidad de su mobiliario (gradas que cuando no lo son se convierten en butacas, mesas para comer, guarda abrigos, guarda bolsos; mesas tangram de diferentes texturas que permiten combinaciones, maximizando la experiencia espacial….) y del espacio en tres dimensiones.
[Sala Amart]
Y más. Uno de los pilares fundamentales de la experiencia de aprendizaje tanto en el grado universitario de Liderazgo, Emprendimiento (LEINN) como en posgrado Masteryourself son los «viajes de aprendizaje». El espacio, y en este caso La Mère y Amart debía manifestar que dicho aprendizaje está conectado con ciudades más allá de Madrid, con las que se trabaja de manera simultánea, que TeamLabs no sólo es Madrid o Barcelona, sino que forma parte de algo mucho más grande.
[Sala La Mère ] [Gradas, flexibilidad] [Mapeado urbano de San Francisco]
Interpretaciones artísticas de San Francisco, Pekín, Nueva Delhi, Madrid, apoyadas sobre unas líneas maestras tridimensionales que trasladan el juego a sus paredes nos recuerdan que en TeamLabs el aprendizaje supera las fronteras de lo programado hasta convertir el mundo en su tablero de juego y de aprendizaje. Porque, como seguía diciendo ese alguien (Constant Nieuwenhuys) «todo el planeta se convierte en la casa de los habitantes de la tierra. Cada cual cambia de lugar cuando lo desea».
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Elena Gómez + Juana Canet + Rut Cuenca, son arquitectas, diseñadoras y soñadoras. Equipo especializado en arquitectura productiva, su objetivo es contribuir al desarrollo socio-cultural, económico y medioambiental del hábitat en el que vivimos, a través de la realización de proyectos participativos y sostenibles, entre ellos, diseñando en educación desde la innovación espacial.
Elena Gómez ha sido de las primeras profesionales en realizar el programa Masteryourself de Teamlabs.
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